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La Plaza de los Chorros en Polop es un espacio histórico y encantador, coronado por la Font dels Xorros, una fuente icónica que fusiona el pasado con la vitalidad del presente.

La Plaza de los Chorros en Polop es un rincón con una historia fascinante y un encanto innegable. Enclavada en el corazón del centro histórico de Polop, esta plaza se rodea de edificios antiguos llenos de carácter, como el majestuoso Ayuntamiento, la venerable Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol y el imponente Castillo de Polop de La Marina. Sin embargo, es la fuente central, conocida como Fuente de los Chorros, lo que otorga a esta plaza su distintivo carácter. El origen de la Fuente de los Chorros se remonta a los manantiales de Sirer y Terrer, cuyas aguas se canalizan desde la fuente del Braçalet. Esta fuente histórica, que data de 1885 y tenía inicialmente solo 11 caños, ha evolucionado a lo largo de los años. En 1947, una remodelación la dotó de 221 chorros de agua que caen graciosamente en un estanque. Con el tiempo, se ha convertido en un símbolo del municipio de Polop y una obra maestra de ingeniería hidráulica.

La Plaza de los Chorros, también conocida como dels Xorros, es mucho más que una plaza; es un punto de encuentro y un espacio que respira historia y vida. Turistas y lugareños acuden aquí para relajarse y sumergirse en su ambiente tranquilo. Además de su belleza y su conexión con el pasado, la plaza también se ha convertido en un epicentro de actividades culturales y festivales que agregan un toque de vitalidad a su atmósfera serena. La fuente es un tributo a la ingeniería y la historia, un testimonio tangible de cómo un pequeño elemento puede unir el pasado y el presente en un solo espacio. Es un lugar donde las palabras del autor Gabriel Miró, plasmadas en un mural que preside la fuente, cobran vida: "Agua de pueblo, de este pueblo, que Sigüenza bebió hace veinte años. Tiene un dulzor de dejo amargo, pero de verdad química, que todavía es más verdad lírica…". La Plaza de los Chorros es, sin lugar a dudas, un rincón hermoso y pacífico que no solo aporta a la identidad de Polop, sino que también enriquece el espíritu de todos los que la visitan.