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Una de las construcciones más singular situada alrededor de su mirador es una ermita dedicada a la santa Creu del Garbí. El origen está relacionado con la colocación de una cruz en dicha montaña el 19 de marzo del año 1787. La historia de aquella devoción proviene del deseo del vecino Francesc Galbis de erigir una cree en una montaña del pueblo, después de escuchar con su sobrino y ahijado el hermano Fèlix de Albalat, la predicación de fray Diego José de Cádiz en la plaza de la catedral de València; donde dijo que en los puntos más altos de las poblaciones se colocaran cruces para aumentar la devoción a la santa Cruz. El mencionado Galbis encomendó al carpintero Josep Sacanelles, quien vivía en el lado del cementerio de San Juan del Mercado, la construcción de una cruz de especial características a la que el fraile Diego J. de Cádiz mandó se le pusiera un lignum crucis. Al acabar esta obra, la llevaron hasta Estivella, donde con la ayuda de los hombres principales de la población se dirigieron a encontrar la montaña hasta erigirla el 19 de marzo de 1787 en la del Garbí. Desde entonces, aquella devoción fue cada vez más destacada. Por esa razón, la población en el año 1804 construyó una ermita en el lugar donde estaba la Santa Creu, compuesta por una cubierta sostenida con 4 arcos, de forma que estuviera tapado el de la parte oeste y descubiertos el resto. En el año 1820, se taparon los arcos del sur y del norte y se renovó toda la cubierta. También se quitaron las tejas que había y fueron reemplazadas por mortero. Además, a los lado de la Creu se ubicaron los Santos de la Piedra y Santa Bárbara respectivamente. La siguiente reforma de la ermita fue en 1834. Consistió en la construcción de una balaustrada. El año 1887 la Creu la bajaron los vecinos de la población a la iglesia parroquial, con motivo del primer centenario de su erección en la montaña. Entonces se quedó vacía y empezó su deterioro hasta estar completamente en ruinas a finales del siglo XX. El año 1993 se acometió el proyecto de restauración y recuperación de la ermita gracias a la ayuda de la Generalitat Valenciana. La recuperación de este bien patrimonial se hizo a partir de su concepción original y se dejaron exentas todas las arcadas salvo la encarada al oeste. Además se conservó el muro donde estaba la santa Creu y la marca de su ubicación.