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El agua ha sido fundamental para el desarrollo del hombre, ligada a él desde sus orígenes, a lo largo de la historia cada uno de los pueblos ha desarrollado su ingenio y creatividad para obtenerla y disponer de ella cerca de sus asentamientos. Riba-roja de Túria cuenta con su cercanía al río Turia. Pero ello no era suficiente, esta agua que a veces bajaba turbia por las crecidas que ocasionaban las lluvias, obligó a buscar nuevos sistemas para abastecer a la población. El Conde de Revillagigedo mandó a construir la Cisterna frente a la Casa Señorial conocida como “Castillo”. Muy parecida a un aljibe, pero abastecida por las aguas de la acequia del Quint, la Cisterna se llenaba en invierno y no se utilizaba hasta el verano, por lo que se consumía filtrada y fresca. Sus dimensiones y capacidad son de unos 25 metros de profundidad, 5 de alto y 5 de ancho, cubicando por lo tanto, al menos, 500.000 litros. En 1960 y con la prohibición de utilizar el agua de cualquier pozo ante el peligro de un brote de tifus, con el agua potable en todas las viviendas, los pozos caen en desuso, utilizándose exclusivamente los situados junto a las tierras de cultivo para regarlas. Actualmente, se puede visitar dentro de la Ruta del agua, realizada por Tourist Info de Riba-roja de Túria.