Día de los locos

El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, se celebra en Jalance todos los años el Día de los Locos, fiesta de la que se tiene constancia escrita de su existencia a principios del siglo XVII a través de los libros parroquiales, aunque se supone anterior debido al auge y la importancia que entonces tenía.

Al comenzar el día se nombra un alcalde entre los locos. Estos son representados por los quintos, llamados así porque antiguamente lo formaban los que eran llamados a filas ese año para hacer el servicio militar. Actualmente son los jóvenes que cumplen 18 años y la tradición se sigue conservando.

La fiesta empieza desde bien temprano, haciendo ruido por las calles del pueblo. Luego se dirigen al Ayuntamiento, donde se entrega de manos del alcalde de Jalance la vara de mando del pueblo y este será gobernado por el nuevo alcalde ficticio nombrado por ellos mismos durante 24 horas. Los locos salen a las calles, acompañados por miembros de la Banda de Música, todos ataviados con estrafalarias vestimentas y con la cara pintarrajeada. Llaman a las puertas de las casas para pedir aportaciones para la fiesta, trepan por los balcones para sacar a bailar a las mujeres, hacen salir a la gente de los bares a la calle, paran a los coches para hacer bajar a los ocupantes y hacerles bailar con cualquiera, te pintan la cara...y si les das dinero hacen cualquier cosa que les pidas.

Esta fiesta se vive en la calle durante todo el día hasta bien entrada la noche, cuando continúa con una gran verbena. Durante el transcurso de la noche la gente les paga a los locos para hacer bailar a las parejas que puedan ser más divertidas: los que están separados, los solterones, los que no se hablan, los que nunca bailan, los amigos del que es vergonzoso pagan por que baile con la chica que le gusta... También se paga para que saquen a gente a la calle... Lo que a uno se le ocurra, pasando así una noche de lo más divertida.