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El matrimonio formado por don Fernando María Pastor y Marqués y doña Filomena Garelly y Valier que no tuvieron descen­dencia, decidió donar su palacio con la finalidad de ser convertido en asilo y colegio para los niños necesitados en 1892. El asilo fue puesto bajo la advocación de la Sagrada Familia y junto al edificio, se inauguró una capilla, aneja a la estructura inicial, de estilo neogótico. Crónicas de la época nos dan a conocer una gran cantidad de detalles: “Consta el establecimiento de planta baja, donde se encuentra una espaciosa escuela con su graderío, para párvulos de ambos sexos, entrada, salón de recibo, patio de luces, dependencia para visitas y precioso jardín, donde se alza, entre frondoso follaje, una preciosa gruta de la Virgen de Lourdes y un estanque”. Los altos costos y la dificultad de mantenimiento del asilo-colegio fueron haciendo cada vez más difícil su continuidad. Este fue el motivo por el que en octubre de 1971, las hermanas trinitarias abandonaron el centro y este cerrara. Hoy el palacio funciona como centro de día, mientras que la capilla puede ser visitada en nuestra ruta por el casco antiguo.