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En lo alto de una colina en la localidad de Tibi, se alza el Castillo un testigo imponente de la historia que ofrece vistas panorámicas y una experiencia inmersiva en el pasado medieval de la localidad.

El majestuoso Castillo de Tibi, también conocido como Castillo de Atalaya, se alza con majestuosidad en la cima de una colina en la localidad de Tibi, provincia de Alicante, España. Su historia se remonta a la época musulmana, con raíces en el siglo X, cuando fue erigido como un eslabón crucial en la red de fortalezas que custodiaba y controlaba la región. Tras la Reconquista, cambió de manos, pasando a ser un tesoro de la corona de Aragón y luego propiedad de distintas familias nobles. La imponente estructura actual del castillo es una amalgama de ampliaciones y transformaciones a lo largo de los siglos. En su corazón, una torre principal de planta rectangular y estructuras secundarias se alzan como guardianes de su pasado.

Las murallas que alguna vez rodearon la colina se han convertido en testigos silentes de los tiempos tumultuosos. A pesar de los estragos del tiempo, el Castillo de Tibi ha sido restaurado y conservado, trascendiendo su condición física para convertirse en una atracción turística y un emblema del patrimonio de Tibi, pues ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural. Desde sus alturas, el Castillo de Tibi ofrece vistas panorámicas espectaculares del entorno, abarcando desde la majestuosa montaña de la Carrasqueta hasta el sereno embalse de Tibi y las pintorescas calles empinadas de la población homónima. Este enlace tangible con el pasado convierte al castillo en un imán para los aficionados a la historia, la arqueología y el turismo cultural. Un viaje al Castillo de Tibi es un viaje a través del tiempo, un testimonio vivo de la rica historia de la región que sigue cautivando a los visitantes con su magnificencia y su capacidad para evocar susurros del pasado en cada piedra y rincón.