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Visitar un castillo siempre es una buena idea, en este caso además te servirá de excusa para conocer mejor un municipio con mucho que ofrecer.

El Castillo de Monóvar fue construido entre los siglos XII y XIII, en época almohade, y su vida útil se prolongó hasta el siglo XVII, seguramente por lo acertado de su ubicación, perfecta para establecer vigilancia en caminos transitados hacia el sur y sobre otros enclaves similares de su entorno.

Al construirse sobre una colina, su planta es bastante irregular, y en la actualidad a pesar de estar en ruinas aún se puede contemplar parte de la muralla y de una torre.

Pero lo cierto es que los constructores del castillo no fueron los primeros en darse cuenta de las ventajas de esta localización, y en las excavaciones que se han realizado en el Castillo de Monóvar se han encontrado también restos de la Edad de Bronce, además de restos de piezas cerámicas almohade contemporáneos a la construcción del castillo y restos de utensilios domésticos posteriores, además de una pieza de joyería que se podría datar alrededor de los siglos XV o XVI.

Hay mucho más que ver en Monóvar, como por ejemplo su Torre del Reloj, su Iglesia de San Juan Bautista o su Museo de Artes y Oficios. Monóvar apuesta por todos sus valores etnográficos y eso se traduce en una localidad donde hay mucho que hacer, como pasear por su casco urbano y alrededores o detenerse a conocer mejor la relación de esta localidad alicantina con el gran escritor Azorín en su Casa Museo. Por último os sugerimos probar la deliciosa gastronomía local, como el gazpacho, las gachamigas o la olleta de Sant Antoni. No os perdáis esta visita ni la impactante estampa de Monóvar con su castillo recortado al fondo.