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El templo, de origen románico con numerosas remodelaciones, consta de tres naves divididas en varios tramos. La planta se completa con la grandiosa Capilla de la Comunión de estilo neoclásico con un retablo barroco de gran valor artístico. En la fachada llaman la atención las dos torres cubiertas de teja azul, del mismo color que la cúpula, y el gran óculo cegado con la imagen de San Pedro que la corona. La puerta principal de acceso a la iglesia está formada por un arco de medio punto peraltado. En su interior se dispone de una importante muestra de arte sacro que va desde esculturas del sevillano Lemus hasta una Pila bautismal de Doménech datada en 1940. También hay obras de Fuster, Meseguer, Bonacho o Frechina, entre otros.

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