Imprescindibles
Si te decantas por el interior para conocer su historia y su insólito paisaje, lugares como Bocairent, Requena, Morella, Sant Mateu, Biar, el Castell de Guadalest son algunos de los municipios que no querrás perderte. Y para descubrir la pura esencia mediterránea, un paseo por las calles de Jávea, Peñíscola o Gandia, entre otros, será una auténtica delicia. ¡Un día de sol y playa en un entorno único!
Además, la gastronomía tradicional y casera de cada una de las localidades pondrá el broche de oro a tu estancia. No puedes decir que nos has visitado sin probar la paella hecha a leña o algún arroz elaborado con los ingredientes tradicionales. ¡Una experiencia que tu paladar jamás olvidará!
Monumentos Imprescindibles
Conocida como 'La Torreta', esta edificación aún hoy se presenta robusta. Tiene tres niveles, aunque el superior, el de coronamiento, fue destruído durante las guerras carlistas. La torre forma parte del recinto del castillo.
La Torre de la Fonteta, en Albocàsser, es una muestra de la arquitectura del siglo XVI que aún se conserva en el casco urbano de esta localidad de l'Alt Maestrat. Su función era de torre de vigía y defensiva, tal y como se revela su proximidad con la muralla del castillo de la antigua Albocàsser. Seguramente protegía también las tierras de cultivo de robos y ataques.
Hablamos de una construcción de planta rectangular, aunque fue cuadrada en su inicio, y que recibe su nombre de la fuente pública que se haya muy cerca de su ubicación.
La Torre de la Fonteta solo es una más de las muchas cosas que ver en Albocàsser, y en su fachada se pueden ir contando las sucesivas mejoras y crecimientos que ha experimentado a lo largo de su historia. No dejes de pasar al visitar Albocàsser por su Plaza Mayor, donde encontrarás su iglesia parroquial, y pasea por su casco urbano en busca de diversas casas señoriales como el palacio de la Familia Fuster, la casa de Baltasar Pastor, la ermita de Sant Joan o el ermitorio de Sant Pau, declarado monumento Histórico-Artístico Nacional.
En este municipio de Castellón la almendra es la gran protagonista, tanto de su economía como de su cultura, y también de una feria anual en la que se dan a conocer recetas y productos basados en este fruto seco de calidad excepcional y donde los restaurantes adaptan el menú mostrando las grandes creaciones que se pueden elaborar con la almendra como protagonista. ¡No te pierdas esta visita y descubre este rincón de Castellón!
El Castillo y Murallas de Alpuente forman un conjunto defensivo que ha desempeñado un papel fundamental en la historia de esta localidad. Los restos del Castillo se encuentran ubicados sobre un prominente peñón, testigos silenciosos de una rica historia que se remonta a tiempos medievales. Enclavado estratégicamente, el castillo aún conserva una impresionante torre y aljibes, recordando su pasado como cabecera de una Taifa, un reino de taifas en la época de la dominación musulmana. A lo largo de los siglos, el Castillo de Alpuente ha sido objeto de diversas modificaciones y reconstrucciones que han dejado huella en su estructura.
Las Murallas rodean y protegen el núcleo histórico del pueblo, abrazando las calles y edificios con su arquitectura defensiva. Con una longitud aproximada de unos 500 metros y contando con 14 torres a lo largo de su recorrido, las Murallas de Alpuente se extendían de Norte a Sur, encerrando la primitiva ciudad musulmana al abrigo de la fortaleza. Aunque algunas partes se encuentran en mal estado, aún se pueden apreciar restos de las murallas entre las casas, lo que ofrece una experiencia fascinante al caminar por las calles empedradas y descubrir vestigios de su pasado medieval. La importancia histórica y cultural de estas murallas se reconoce oficialmente, ya que forman parte de un conjunto declarado Bien de Interés Cultural, que ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar el pasado medieval de Alpuente y sumergirse en la evolución de su arquitectura defensiva a lo largo de la historia.
La fachada del templo es barroca y mantiene anexo un campanario, construido en ladrillo. El interior también es barroco y en él destacan sus capillas laterales.
El interior es de una sola nave con bóveda de cañón y dos altares laterales. Antes de la llegada a la ermita existe un original Vía Crucis.
La Iglesia Parroquial San Miguel Arcángel en Bellreguard es un templo cargado de historia que ha sufrido diferentes cambios a lo largo de su vida. Su construcción se inició por encargo de los Duques de Gandía, miembros de la familia Borja o de los Borgia, en 1534, .
La población creció de forma notable durante el siglo XVIII, por lo que la Iglesia de Bellreguard necesitaba crecer. Así, en 1733 se inició la construcción, bajo el estilo barroco austero y neoclásico, de un templo mucho mayor sobre el existente.
La Iglesia siguió mejorándose a principios del siglo XX, y, tras los graves daños sufridos en tiempos de Guerra Civil, fue reconstruida bajo la dirección del arquitecto Joaquín Aracil Aznar.
La Iglesia Parroquial San Miguel Arcángel en Bellreguard, es por tanto, un templo que vale la pena visitar en tu recorrido por el municipio y que completará la lista de monumentos y lugares de interés, como la importante Necrópolis Morisca.
Bellreguard es un gran lugar al que encaminarse en una escapada, que será mucho más interesante si la haces coincidir con sus Fiestas de San Antonio o si visitas sus bonitas playas de arena fina y aguas claras. ¡Y no te puedes marchar sin probar sus figatells! Esta especie de albóndiga o hamburguesa valencianas están realizadas con hígado, tocino, especias y se comen a la plancha.
Esta localidad de la Safor puede convertirse en un gran destino para los amantes de las playas doradas y las tradiciones, puesto que aún conservan la costumbre de jugar a pilota valenciana y practican la colombicultura. ¡Inclúyelo en tu lista de próximos destinos!
En 1984 se halló una necrópolis morisca que ha servido de demostración del origen islámico de la población.
El castillo es citado en diversos documentos a partir de 1157 en el que Ramón Berenguer IV concede carta-puebla de Alcañíz. En la Carta Puebla de 1239 consta que Pedro Daroca quedó feudatario en el macizo sobre el castillo de Corbó. Estuvo integrado en la demarcación territorial del Castillo de Culla. En 1303 el Temple compra al endeudado Guillem de Anglesola el castillo de Culla y sus territorios entre los que se encontraba el castillo de Corbó. Pero en 1307 el temple perseguido por Jaime II se rinde en diciembre en Adzaneta, Albocacer, Ares, Benasal, Boi, Cuevas de Vinromá, Corbó, Culla, Chivert, La Iglesuela y otros. El castillo pasa a ser propiedad de Montesa en 1319. Hay constancia de la existencia de guarnición y alcaide en 1321, cuando Jaime II hace mención de los desmanes contra ellos de parte de los habitantes de Morella. El castillo se ubica sobre un peñasco a 1060 metros de altitud, al noroeste de la población, a la derecha del kilómetros 10 de la carretera a Vilafranca, sobre el nacimiento del barranco de En Ramos. El castillo fue levantado sobre un asentamiento del Bronce que fue ocupado posteriormente en las épocas ibérica y en la romana. A su pies existió un poblado andalusí. Es de tipo roquero, con un solo recinto murado de torres barbacanas gemelas de planta cuadrada y torre mayor con aljibe. Su muralla, de la que se aprecian muy pocos vestigios, debió ser de reducidas dimensiones, ya que su ubicación hacía necesaria su construcción. Es accesible por el sur, a través de una pendiente muy pronunciada, y por el norte, donde está la entrada. Según la leyenda popular el castillo dispone de una comunicación subterránea con la cueva situada a los pies de la montaña desde donde brota una fuente y oculta grandes tesoros. Declarado BIC en 2002.
También conocida como Torre de Pere Joan, es de planta cuadrada y su cubierta, plana, está almenada. Además, posee una pequeña ventana adintelada en su fachada lateral y está anexa a una masía cuya ventana principal cuenta con un arco y una repisa moldurada. Una inscripción lleva la fecha de 1588.
Las murallas fueron levantadas desde el primer asentamiento de la población. El recinto poseía siete torres y cinco portales, de las que se conservan tres torres. La llamada Torre de la Presó, de planta cuadrada, albergó una cárcel y calabozo. La torre d'En Garcés, pequeños lienzos de las murallas y, junto a ella, la redona, una construcción cilíndrica que se conserva en buen estado. Además, se puede encontrar el portal llamado de La Mola, formado por un arco de herradura arábigo-cristiano, único en la zona norte de la Comunitat Valenciana.