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A la entrada Sur del Pueblo, se encuentra el convento de la Inmaculada o de San Buenaventura. El convento se empezó a construir el 18 de febrero de 1674, fecha en que es colocada su primera piedra, y se terminó el 4 de octubre de 1687. Inmediatamente empezó el culto a cargo de los frailes de la Orden de Franciscanos Alcantarinos. Posteriormente en 1890 fue habitado por la Orden de Religiosas Justinianas Concepcionistas, hecho que permanece hasta el presente. Aunque arquitectónicamente es un edificio robusto y sobrio, son interesantes las pinturas y los frescos de su interior, admirando las Capillas de San Pascual y San Francisco recientemente restauradas. En este convento destaca tambien la manera de organizar los espacios, la iconografía humana y otros detalles técnicos. Estas obras, debido a su caracter naturalista y su influencia italiana, parece que fueron realizadas a finales del siglo XVII. También podemos observar el trabajo de Bartolomé Albert en la decoración de algunas obras. Aquí se venera la bella imagen de Jesús Nazareno, hermosa talla de Esteve Bonet, de las que realizó tan sólo dos copias más ubicadas en otros templos. En su exterior además de su sobrio aspecto podemos disfrutar de su zona ajardinada y alrededores en pleno centro.